"Existen particularidades sumamente necesarias para llegar a la santidad. Sabiendo que nuestra meta es la santidad, debemos conocer en nosotros qué nos ayuda para llegar a ella (virtudes), qué se constituye en un obstáculo para alcanzarla (vicios y defectos), y de qué manera podemos potenciar nuestro temperamento para llegar al Cielo."
VIRTUD:
Grieg. Areté. Maestría o excelencia, señorío de sí mismo, el cual se relaciona con un horizonte caballeresco y noble de alguien que en pleno dominio de sus facultades, tanto espirituales como psíquicas y físicas, es capaz de vivir coherentemente según un ideal.
La virtud es una disposición habitual y firme a hacer el bien. Permite a la persona no sólo realizar actos buenos, sino dar lo mejor de sí misma. Con todas sus fuerzas sensibles y espirituales, la persona virtuosa tiende hacia el bien, lo busca y lo elige a través de acciones concretas. El objetivo de una vida virtuosa consiste en llegar a ser semejante a Dios. (CIC 1803)
La virtud para que sea virtud tiene que ser habitual. La humildad, la pureza, la generosidad, la obediencia, la mortificación, etc. Son virtudes que se deben cultivar frecuentemente.
Virtudes Teologales (RD): la fe, la esperanza y la caridad.
Virtudes Cardinales(RP): la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza.
EL VICIO:
Lo contrario a la virtud, es también un hábito adquirido por la repetición de actos contrarios al bien. La lujuria, la soberbia, la avaricia, etc. Son vicios de los que hay que huir como de la lepra.
Es un hábito que inclina al pecado. Es el producto de acciones pecaminosas de cierta clase repetidas y cuando se forman es en algún sentido también su causa.
CARÁCTER:
Es lo que nos define como personas y determina nuestro actuar en un gran número de circunstancias diarias. Se forma a partir del nacimiento mismo de la persona, y se desarrolla a través de un sinnúmero de vivencias o experiencias.
Por esta razón, se considera que el carácter de una persona puede modificarse a medida que se enfrenta a situaciones nuevas o desconocidas
1. El Nacimiento: Hay acuerdo general en que los factores de la herencia capital tienen importancia en la constitución del carácter. El niño que viene al mundo trae la «marca de fábrica» que le han impreso sus propios padres, y ese sello jamás se borrará del todo. De ahí la inmensa responsabilidad de los padres sobre el porvenir de sus hijos.
2. El ambiente exterior: El carácter queda sometido mientras viva a la influencia de los agentes exteriores que le rodean. Estos agentes exteriores que actúan sobre nuestro carácter son de tipo muy vario. Los hay físicos, como la alimentación, el aire, el clima y la higiene. Otros agentes exteriores son de tipo moral. La educación, las amistades y el ambiente familiar ocupan el primer lugar.
3. La voluntad: Una voluntad enérgica y tenaz puede llegar a contrarrestar su peso e inclinar definitivamente la balanza a su favor. Tenemos la inquebrantable convicción de que nuestra alma está en nuestras manos, y que a nosotros corresponde substraerla de la violencia de las pasiones o abandonarnos ciegamente a ellas.
TEMPERAMENTO:
Es la peculiaridad e intensidad individual de los afectos psíquicos y de la estructura dominante de humor y motivación. Es la manera natural con que un ser humano interactúa con el entorno. Puede ser hereditario y no influyen factores externos (solo si esos estímulos fuesen demasiado fuertes y constantes.
El temperamento ocupa también la habilidad para adaptarse, el estado de ánimo, la intensidad, el nivel de actividad, la accesibilidad, y la regularidad; es la naturaleza general de la personalidad de un individuo, basada las características del tipo de sistema nervioso.
El carácter no se hereda y es modificable. El temperamento nos viene en el ADN. Podemos aprender a controlarlo, pero persiste.
Médicos de la antigüedad Hipócrates (460-370 a. C.) y el Galeno (129-200) distinguían cuatro tipos de temperamentos, considerados como emanación del alma por la interrelación de los diferentes humores del cuerpo: Sanguíneos - Melancólicos - Coléricos - Flemáticos
virtudes, vicios, carácter y temperamento.